He oído hablar de un ser diminuto que se pasea por nuestros sueños...
Cada mañana, cuando llega el momento de despertarnos, enciende su luz.
Comienza su camino rodeada de sueños, con su bombilla brillando con fuerza para que nuestros ojos se abran, preparándose para un nuevo día.
Hay mañanas en que nos despierta con una preciosa luz verde: si hemos perdido la esperanza.
Otras, puede ser naranja: cuando necesitamos energía.
O rojo: si andamos faltos de pasión.
Si nos hace falta calma, su brillo es azul.
Y un increíble rosa para que veamos lo maravillosa que puede ser la vida.
Si las pesadillas irrumpen, ella nos despierta con su luz.
Si tenemos un buen sueño, nos deja disfrutarlo cinco minutos más.
Las noches de insomnio, apaga su luz para que podamos descansar.
Yo hoy me he despertado con una bonita luz verde, porque la esperanza es lo último que se pierde.
¿Y vosotros?
¡Feliz lunes!